domingo, 1 de marzo de 2009

BULLYING

Hoy me he levantado con un dolor intenso en las costillas. En el momento en el que he ido al baño y me he subido la camiseta de los Menphis para ver las marcas forjadas a base de patadas y puñetazos, mi cara ha dado un vuelco en el gesto. Ha pasado del dolor real al pánico total.

Las rojeces del primer día, los morados del segundo se han convertido en una mezcla extraña de amarillos y negros. No sé qué hacer. Si lo comento en casa puede que mi hermana Cris se presente en el insti y diga más de una cosa a los responsables del acto. O que Raúl, mi hermano mayor, ejecute la ley del Talión realizando las mismas muescas en cada uno de sus cuerpos.

Sinceramente, tengo miedo. Cada vez que les veo se me pone un nudo terrible en la garganta y en el estómago, el corazón me late taquicardicamente y las gotas de sudor frío recorren mi frente como sangre que auguradora del peor de los males.

Quizá mi forma de actuar no haya sido la correcta. No he sabido pararles a tiempo. Les di carta blanca cuando consentí los primeros insultos leves. ‘mirad, ahí viene ese bobo’; o cuando esos insultos leves comenzaron a subir de tono y me llamaban ‘gilipollas de mierda’ y terminaban escribiéndolo con el edding 3000 en el alicatado del baño... Eso sólo fueron los comienzos. No lo supe parar a tiempo. ¿Qué podía haber hecho? Nunca me he considerado un supernadie pero tampoco una supermierda a la cual unos miserables se crean con el derecho a humillar ante todo el mundo.

Como siga aguantando acabarán grabando una snuff movie conmigo, pero antes de que ocurra eso, salgo en las noticias de A3...

No hay comentarios: