lunes, 10 de agosto de 2009

9 DE AGOSTO DE 1945

Mi nombre es Tsutomu Yamaguchi y soy uno de los supervivientes de aquella masacre provocada por mentes criminales.
Corría el 9 de agosto de 1945, yo estaba descalzo subido a las espaldas de mi hermana, correteando por las calles de Nagasaki ignorando lo que había pasado tres día antes en Hiroshima y con la felicidad de quien no sabía lo que se nos avecinaba.
El cielo estaba azul, despejado con cientos de estorninos en bandada que volaban dentro del caos más organizado. Daban ganas de tumbarse en el parque y observar durante horas aquel fenómeno organizativo pero las sirenas comenzaron a marcar un sonido atronador.
Las calles se empezaron a llenar de gente corriendo sin saber dónde ir, sin saber donde meterse ni cómo actuar. A lo lejos, en el mismo cielo que minutos antes era ideal se dibujaba la silueta de aquel avión que venía cargado de destrucción en sus entrañas. Bockscar portaba a Fat man, nombre maquiavélico que habían dado a aquella bomba que marcaría el segundo sino de la Historia reciente.
Sin remordimientos, alguien apretó el fatídico botón que abriría la compuerta de aquel B29 a 550 mts de altura. Fat man cayó inerte con sus 4.545 kg dirigidos al centro de la ciudad. Los 3,25 m de longitud por 1,52 m de diámetro tardaron pocos segundos en detonar y, desde las afueras, donde yo divisaba aquel horror, se comenzó a dibujar el maldito hongo que acabaría con miles de vidas.

Hoy en día, soy de los pocos que pueden dar testimonio de lo acontecido. Pero lo doy con la voz firme de quien reivindica un mundo en Paz.

2 comentarios:

cal_2 dijo...

Me temo que lo de un mundo en paz les suena a los que pueden organizarlo como un rosario en chino manchú.... y mientras dormiran sin ayuda de valeriana....

relatosweb dijo...

Money, money...es lo que manda. Las buenas palabras no dejan de pertenecer a un mundo de ficción... La Paz, un sueño...o un hospital de Madrid, depende de cómo se mire, jajajajjaa

un salu2