domingo, 10 de octubre de 2010

VIVA SANTA TERESA

“Cuando abrieron la puerta de la celda, con el chorro de luz y un golpe de viento entró también el ruido de la calle que los muros de piedra apagaban...” ahí se me había terminado la inspiración.
En casa siempre me dijeron que ojalá nos llegara la inspiración cuando estuviésemos trabajando. A mí me llegó, pero también se me fue. Así que no me quedaba más remedio que ir a buscarla.
¿Cómo seguir enfrentándome a aquel nuevo reto? Tenía que tener preparado un borrador para la editorial en menos de 30 días. Cada segundo que marcaba el reloj se me hacía interminable. Las ideas no llegaban, el parpadeante marcador del Pages no avanzaba, mis músculos estaban agarrotados y mi aparato digestivo no hacía más que recordar al organismo que había que reequilibrase de nuevo.
Esta vez decidí no tomar ningún Tranquimazín, lo que hubiera de ser, sería. A la izquierda del Mac puse el pack de seis cocacolas y una botella de mi Santa Teresa del alma, a la cual me encomendé, todo sea dicho de paso; y a la derecha el dossier que me ayudaría a organizar cada una de las frases que conformarían el esqueleto del nuevo libro.
Los protagonistas estaban elegidos, la ubicación de la historia también. Santa Teresa estaba obrando el milagro de la continuidad y al hijoputa de la editorial estaba a punto de darle con el borrador en los morros.
Estuve insoportable, no permití que nadie me molestara y mucho menos que tocaran cualquier cosa que conformaba lo que habían de llamar como mi lugar de trabajo. De hecho, mi estudio parecía el piso de un estudiante que hubiera hecho botellón en casa...
Diez días después el premiazo, cientos de entrevistas y la ola de todos los editorialistas con los que había trabajado. PELOTAS DE LOS COJONES

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P.D: Cualquier parecido con el comienzo del último libro de Vargas Llosa es pura coincidencia; jajajaja Supongo que el robo de un par de líneas justifique la ausencia de ideas.

P.D2: Acudiré a Santa Teresa y a las cocacolas

1 comentario:

cal_2 dijo...

Veo que compartimos el gusto por los buenos relatos y el buen ron. Por si no lo conoces te recomiendo otro, el Zacapa, un ron guatemalteco que me gusta mucho. Aunque así se desabarataría el contenido de tu excelente relato. jejeje