domingo, 19 de abril de 2020

RECIÉN COCIDO

Pan caseroDesde la puerta del ascensor pude sentir la agradable sensación del olor a pan recién hecho. ¿Sería acaso una señal de bienvenida? Fuera lo que fuere, mi cara cambió, el gesto de un duro día de trabajo tornó a una sonrisa dibujada en la cara dispuesta a agradecer aquel aroma que, de forma más intensa, iba acrecentándose a medida que me acercaba. 

La apertura de la cerradura hizo que Rolo se acercara a todo correr con el tintinear de sus uñas. Siempre era el primero en recibirme. Siempre con las ansias agradar y así poder salir a dar una vuelta como premio a su espera. Un frenchi negro carbón, salado y vivaracho que daba un toque de alegría a la casa.

Dejé los bártulos de campaña y me dirigí directo a la cocina donde estaba fraguándose aquel pan tierno y esponjoso. Abrí despacio y, de repente, unos brazos se enroscaron a mi cuello dándome un efusivo beso de bienvenida. 

Daba gusto llegar a casa con ese recibimiento. Cuando hay tensiones ambientales no hay más que relativizar, evocar recuerdos pasados, como el olor a pan recién hecho, y así despertar los sentidos. Además, si eres recibido  por una mascota fiel y, a su vez, rodeado por los brazos de quien bien te quiere. ¿Qué más se puede pedir?

El horno estaba en marcha, y el predictor con dos rayas verticales rojas.




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