martes, 26 de mayo de 2020

NOSTALGIA

El significado de la nostalgiaNo es un día cualquiera. Es mi cumpleaños. Sábado. Podría estar ansioso por celebrarlo pero creo que este año será diferente. No estás conmigo, el espacio tiempo nos congeló en el pasado. Aún así, cada mañana te veo y vuelves a formar parte de mí y yo de ti. Seguro.

De las millones de probabilidades que hay en el universo, esta quiso que confluyéramos los dos en un andén, un vagón y uno frente al otro. Un traqueteo hizo que saltara la chispa, ¿Quién hubiera podido imaginar que un leve toque de punteras fuera el inicio de algo?. Nuestros ojos brillaron, los corazones se aceleraron y las palabras sonaban interrumpidas por un revuelo inesperado de mariposas en el estómago y un temblor incontrolable de las piernas.

Desde aquel momento nos fusionamos en un alma que compartían todo y donde la complicidad quedaba sellada con un solo gesto, con una respiración, una mirada. 

Pero un día el reloj biológico decidió parar Un último aliento neutralizado por dios sabe qué entró sin avisar y a golpe de engaño logró extenderse por todos los órganos del cuerpo hasta que colapsó. Rápido, letal, traicionero, escurridizo. ¿Qué se puede decir de quién no avisa y te pilla por sorpresa? 

Siempre te estaré agradecido. Allá donde estés, polvo de estrellas, luz universal. Nos encontraremos en otra dimensión, cualquiera que sea, y la química resurgirá como ayer. 

lunes, 18 de mayo de 2020

SUEÑO EN BUCLE

Sueños: Las 5 pesadillas más comunes y sus verdaderos significados ...No paro de soñar. Siempre es la misma historia que viene y va. Entra, sale, se repite en bucle. Sudoroso y taquicárdico me incorporo como un resorte de la cama. Angustiado y jadeante me hago consciente de que no ha sido más que un sueño. No quiero volver a acostarme no fuera a ser que la bicha se repita.

La realidad es mucho más monótona. Me levanto, mis pies desnudos caminan hacia el primer pis del día. Ducha, gomina, traje, café, portafolios y camino al banco. Allí, también lo de siempre. Ruth, Sara, Alma...todos. Enciendo el ordenador, recoloco con pequeños movimientos los pocos enseres que tengo sobre el escritorio y Windows ya está listo para que escriba la contraseña aunque esta vez es algo diferente. Error de lectura. 

La rutina se ha visto quebrada por algo que descoloca a cualquiera. No soy el único, el resto de los compañeros cabecea de un lado al otro del monitor como si fuera la solución al problema. 
Comienza a sonar el teléfono de la directora de la sucursal. La red estatal de seguridad bancaria ha caído. La deep web ha sido hackeada. Miles de claves al descubierto, fondos de inversión que a golpe de algoritmo se están vendiendo y  millones de euros se transformarán en bitcoins y eliminarán todo rastro de seguimiento.

Despierto de nuevo a mi irrealidad. No me ubico. No estoy.

jueves, 7 de mayo de 2020

ACECHO

Audiencias de Televisión: Españoles, 'Gran Hermano' ha muertoLlevaban cosa de un año instalados en el edificio, justo encima de nosotros.  No eran particularmente ruidosos, más bien sibilinos, de esas parejas que aparecen cuando menos te los esperas. 
Los encuentros en el ascensor eran incómodos, largos, densos. Un silencio que no se rompía ni siquiera con el saludo básico de cortesía. Nada. Era salir de aquel cubículo y volver a respirar. 

Entraba en mi casa, un edén particular. Me descalzaba, me ponía mis crocs y ya era otra persona. Mi mujer entraba con el mismo ritual que, dentro del horario que ya conocíamos, incorporábamos un saludo apostillado con un "cariño".
Como muchas tardes, estábamos relajados, tumbados en el sofá escuchando música o leyendo e incluso descansando después de una sesión de kamasutra salvaje. Llevábamos días escuchando un incesante y constante ruido de taladro de dentista incómodo que rompía aquel clima.
Fuimos a la cama y la misma cantinela. Minúsculas motas de polvo comenzaron a caer. Sacudiéndome la cara, pude observar cómo comenzaba a aparecer un minúsculo punto negro al que se le acopló rápidamente una lente que se camuflaba con el temple.

Horror, los sin nombre habían instalado una cámara espía que por suerte pudimos detectar. Comunicamos los hechos a la autoridad.

No fue su primera vez, las investigaciones arrojaron resultados. Una web activa transmitía intimidades en directo de cientos de matrimonios conectados a su particular Gran Hermano. 


miércoles, 6 de mayo de 2020

FASE 0

Soy runner y los que no corren no me pueden comprender
Estaba hecha un gurruño en mi duvet primaveral cuando Angels Castells me despertaba con las noticias de las 9. Soy de esas a las que le gusta abrir el ojo con los titulares de la frecuencia modulada. 


No lo recordaba. Era un día especial. Fin del confinamiento total, dábamos un paso adelante, una fase 0 que iniciaba la vuelta a la normalidad. La desescalada daba su pistoletazo de salida. 

Las deportistas podían hacer su práctica. Yo no lo era, pero con tal de salir me daba un tanto igual. Podía ser una runner pirata. Me embutí en mis mallas, mi top, mi cinta del pelo color coral y zapas con cordones a juego. ¿Quién iba a discutir que no lo era con aquellas pintacas?.

Calentamiento rápido. Movimientos algo desacompasados pero que bajo la mirada del pueblo llano daban el pego. Cierto es que algún poli de balcón me miraba con cierto desconcierto. Di por iniciada la actividad, comencé con las primeras zancadas, ágil como una gacelilla o eso es lo que creía yo. No di opción a que el metabolismo aeróbico comenzara a trabajar. Primeros calambres musculares sin apenas alcanzar los 200 mts... de la forma más digna posible, caminando eso sí, di un par de vueltas a mi kilómetro de acción. 

Fase 1 de la desescalada. He llamado a mi fisio para que me toquetee. Eso me gusta más.




domingo, 26 de abril de 2020

NO ABRAS


Muerte en el capó Stock de Foto gratis - Public Domain PicturesInsistente, el despertador cumple con su cometido y  mi mano, certera, lo acalla. Toque de diana.
Persiana arriba, nadie fuera: día gris, lluvia intermitente que repiquetea y apremia. Recuerda, aún estamos en cuarentena. 
Hoy ya cuarenta días.
La ducha se suma al fluir de la lluvia y entra en sintonía, un todo armónico... sensación de frío. Solo un secado enérgico logra templar el cuerpo.
Suena el timbre; quizás haya sonado antes. Suena de nuevo insistente, rabioso.
La toalla me protege camino de la mirilla aunque soy consciente de que mis desnudos pies van dejando huella. Algo rasca la puerta con saña. Acerco el ojo, una figura oscura, etérea, vaporosa, se aleja escalera arriba con movimiento hostil.
Sigo a la escucha. Vuelve desde lo oscuro, su blanquecina faz, sus vacías cuencas, hacia mí y atisbo una macabra sonrisa. Petrificado contra la pared, sin mover un músculo, escucho y oigo el timbre en el piso superior, la puerta, un balbuceo entrecortado de palabras, noo! nooo!, Un zasss seco y un grito abortado.
Silencio!
Espantosos segundos, golpes sordos, apagados, en la escalera.
Desencajado llegó a ver a la misma muerte arrastrando, tirando convulsa mente de las piernas, al vecino de arriba. Su cabeza golpea sordamente en cada peldaño con gesto desencajado y horrible mueca.
Caigo desmayado, no se cuantos minuto. Un ruido de sirenas, trajín de ambulancia, un nuevo muerto por el Covid19.

GANAS Y REALIDAD

MIL ANUNCIOS.COM - Costilla de adán o monstera deliciosaHoy solo quiero pinchar. Me quiero poner frente a mi Pioneer y dejarme llevar al ritmo de la música dance. El día no acompaña, gris primaveral, las nubes velan la claridad y solo, a la lejanía parece que el sol acompañará por unos breves segundos. Todo a su tiempo.

Es la hora, las 12 del mediodía de un día uno más del confinamiento. Por las redes sociales colgué un aviso. Facebook e instagram serían los aliados perfectos para tomar un vermouth virtual a ritmo de dance. La caña estaba echada. Una convocatoria simple, voluntaria con un único fin, disfrutar un rato de este parón.

Junto a la mesa de Dj me serví un Martini tirado en una copa de balón sobre unos cubitos de hielo, una rajita de limón y una oliva con palillo. Todo iba perfecto. 

Era la hora, a ritmo de club sincronicé altavoces y consola. De repente comencé a sentir la vibra de los bajos sobre las hojas de la monstera. Era sin duda la señal de que la música iba a animar la plaza de la Concordia. Los balcones comenzaron a llenarse de gente animosa que demandaba un poco de alegría en los hogares. Cientos de de amigos virtuales comenzaron a copar las RRSS. Todo comenzaba a fluir bien. 
12:30 la ambulancia del 112 comienza su despliegue de seguridad en la plaza de la Concordia. Fin.

miércoles, 22 de abril de 2020

MONTERA ABAJO


Poco a poco fue adquiriendo forma. El perfil cervantino dibujado a golpe de pluma era el calco real de su perfil hidalgo en pleno siglo XXI.
De porte alto, perfil aguileño y estructura enclenque caminaba envuelto por ropajes a medio camino entre la moda de la transición y la movida madrileña.

Con un 48 de pie embutido en unos zapatos de pico, de color burdeos y rozados hasta la saciedad, caminaba todo chulapo Montera abajo. A grito de guapo saludaba con su sombrero fedora a las chicas del mal vivir que se agolpaban a cada saliente. Se movía con su Rocinante, un mil leches vivo como él solo que no permitía que ninguna de aquellas lagartas le intentaran echar el guante para hacer lo que ellas llamaban limpieza de bajos. Unos agudos ladridos las ahuyentaban, pues bien sabían, que por mucho limpiar los bajos no había nada que rascar.

Llegado a la Puerta del Sol, el hidalgo se quitó el sombrero, miró al reloj de la torre y, sacando la corona, se dispuso a colocar las manecillas en hora. Así día tras día, a sabiendas de que por mucho que lo intentara aquel Longines ya dio todo lo que tuvo que dar.

Hoy, como 35 años atrás, la Pensión Loles sigue reservándole una habitación de 15 metros cuadrados que, sin saber, se paga mensualmente de forma puntual a pensión completa.


domingo, 19 de abril de 2020

RECIÉN COCIDO

Pan caseroDesde la puerta del ascensor pude sentir la agradable sensación del olor a pan recién hecho. ¿Sería acaso una señal de bienvenida? Fuera lo que fuere, mi cara cambió, el gesto de un duro día de trabajo tornó a una sonrisa dibujada en la cara dispuesta a agradecer aquel aroma que, de forma más intensa, iba acrecentándose a medida que me acercaba. 

La apertura de la cerradura hizo que Rolo se acercara a todo correr con el tintinear de sus uñas. Siempre era el primero en recibirme. Siempre con las ansias agradar y así poder salir a dar una vuelta como premio a su espera. Un frenchi negro carbón, salado y vivaracho que daba un toque de alegría a la casa.

Dejé los bártulos de campaña y me dirigí directo a la cocina donde estaba fraguándose aquel pan tierno y esponjoso. Abrí despacio y, de repente, unos brazos se enroscaron a mi cuello dándome un efusivo beso de bienvenida. 

Daba gusto llegar a casa con ese recibimiento. Cuando hay tensiones ambientales no hay más que relativizar, evocar recuerdos pasados, como el olor a pan recién hecho, y así despertar los sentidos. Además, si eres recibido  por una mascota fiel y, a su vez, rodeado por los brazos de quien bien te quiere. ¿Qué más se puede pedir?

El horno estaba en marcha, y el predictor con dos rayas verticales rojas.




lunes, 13 de abril de 2020

HASTA AQUÍ LLEGAMOS

Negro carbón, con ligeros brillos que, dependiendo del lado que te pusieras, daban sus aristas al reflejo de las nuevas led puestas en la cocina.
Fueron muchos años de servicio los que dio a la casa. Un full equipe en un periodo donde el máximo eran 600 wattios de potencia y capaz de poner a hervir cualquier líquido en dos minutos. Pero mira tú por donde, en época del COVID19 parece que bajó sus defensas y dijo que hasta ahí llegaba. Se solidarizó con los caídos por esta maldición del siglo XXI, dio un chispazo a modo de adiós y decidió cesar en funciones.

Unas croquetas, a las que Kike se quedó mirando, fueron su último trabajo sacado adelante con la dignidad de cualquier soldado de primera línea.

¡Qué momento!, la sociedad en pleno holocausto biológico. Las máscaras, de casi gas, ornamentaban los rostros de los pocos que se atrevían a pisar el asfalto de la ciudad y yo en casa, tecleando una solución en san Google y consultando a la vez en los grupos de whatsapp. Repugnante.

Horno-microondas MG23J5133AG 2018 con grillA+++, lo más en ahorro energético. Consola de mando que más le gustaría a un Boing 747 y un cierre ultra absorbente de la puerta, que ni te das cuenta de ha cerrado. Por 230 € me lo tunean y va juego con con los marcos de las puertas, ¡Ah! también calienta.

sábado, 11 de abril de 2020

VENTANAS DE LIBERTAD


Feria del Libro de Madrid | Actividades con niños en Madrid
    Último fin de semana de mayo, la muchedumbre paseaba en una mañana primaveral, de esas en las que cae un sol de justicia. Los puestos estaban engalanados con doseles de bienvenida que invitaban a cercarse y poder ojear aquellos muestrarios de libros de mil y un formato.


   Luis acercó su naricilla al borde del mostrador donde se apilaban a modo de montaña los cuentos troquelados que, una vez se abrían, mostraban la labor de ingeniería de sus creadores y a la vez, sumergían al lector en un mundo de pura fantasía.

   Bea era distinta, estaba en ese momento de ni contigo ni sin ti, un estado de continua desaprobación para reafirmar su yo. Hurgaba y removía libros de portadas tétricas para terminar siempre con esas historias de vampiros adolescentes que descubrían el amor a través de hechizos impronunciables.

  Por otro lado Nati, la que ponía una nota de cordura a todo. Ella extraía de cada libro un aprendizaje, algo que enriquecía a la persona y que la hacía un pelín más sabia. Decía que cada texto estaba pensado para sumar, no para restar y que había que ir más allá de la propia historia para exprimir la esencia.

  Y yo, Serafín, tratando de no caer en el hipnotismo que me provocaban los bienes terrenales de los manuales de cocina de la nouvelle cousine. En fin, vivan los libros. 230 €.

jueves, 9 de abril de 2020

REFLEJOS DE OTRA ÉPOCA


 Desde un altozano del páramo cerrateño pude vislumbrar un ligero brillo que llamó mi atención. Acompañado de Jack, un Terrier blanco con una mancha de color canela en el ojo, me acerqué a través de aquellos pedregales que cubrían con un manto toda la superficie agreste de aquella tremenda llanura rota por pequeños montículos de piedra amontonada.
 El reflejo era mi brújula, el que marcaba el camino para llegar al punto marcado. Un amasijo de pequeños cristales espejados formaba aquel oasis de luz resplandeciente. Piqué con la puntera de mis botas campo, nada parecía haber más allá de aquellos tabones apelmazados por la sequedad y la solana propia del Cerrato.  Jack continuó la operación de excavación con sus pequeñas patas y de allí comenzaron a brotar minúsculas piezas cerámicas de pálido esmalte que no hicieron otra cosa más que acrecentar la curiosidad de quien cree haber descubierto el gran tesoro oculto de la estepa castellana.

   Tras ensalivar aquellos pedazos esmaltados pude notar cómo las impurezas de su hornada dejaban entrever que aquellos materiales expulsados por la tierra eran el comienzo de algo importante. Jack era como una máquina de extracción, pronto sacó una pequeña asa y tras el asa, una pequeña pieza de barro que en su momento hizo la gran función de iluminar las noches de muchas moradas. Se abría una nueva era romana a nuestros pies. Gracias Jack.

martes, 7 de abril de 2020

LA SOLEDAD DEL ÚLTIMO ADIÓS


          
            De nuevo aquí sentado, con poco que decir y mucho que sentir. Hemos llegado a la última estación de este inesperado viaje. Separamos nuestros caminos. Toda una vida al pie del cañón, dándolo todo por los demás y relegando a un segundo plano las necesidades propias.

            Un estado de alerta, de esos que solo parecen títulos de película, ha entrado en nuestra vida sin preguntar, como un elefante en una cacharrería, repartiendo angustia a diestro y siniestro y sin pedir permiso a nadie.

            Contigo pasó lo mismo que con tantos miles, fuiste a ver a tu equipo del alma, como fiel seguidor, con tu bufanda rodeando el cuello y aquellos pines añejos que atravesaban la camiseta comprada ya hacía unas cuantas temporadas. Llevabas con orgullo aquel sentimiento inexplicable que solo provocaba tu equipo. Allí, en aquella ciudad infestada por un virus importado, de quién sabe qué, se mascaba la tragedia o la victoria del pase a semis.
           
            Tu cara a la vuelta lo decía todo, eras pura emoción. Tenías tu propio “cuarteto titular” a modo de eje medular, endorfinas, serotoninas, dopaminas y oxitocinas, un equipo perfecto para animar a cualquiera que estuviera a tu lado. Ese eras tú. Dispuesto a dar todo y a recibir nada. Una nada que te acompañará en tu último adiós pero que no estará sola, sino acompañada por alientos de victoria y ganas de vivir.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

DON VICENTE

No paraba de rumiar chicle. Su mandíbula era la viva imagen de la quijada de una vaca que pace en esos verdes prados cántabros. Don Vicente marcaba la diferencia con aquella especie del reino animal haciendo enormes pompas que iba explotando a modo de pedorretas.
Siempre le recordaremos dando largos paseos por el pasillo del colegio, con las manos entrelazadas a su espalda, con la mirada inquisidora para quienes estábamos a deshoras o marcaban su última carrera antes de entrar en la clase. Don Vicente era el maestro que ayudaba a aquellos que más lo necesitaban y que habían sido desechados de los distintos grupos por no llegar al mínimo requerido.
Nadie quiso darle un grupo para que le tutorizara. Decían que ya estaba pasado de rosca, que no sabía si iba o venía y, la verdad sea dicha, algo “pa’llá” sí que estaba. Pero era buena persona.

Desde que pasé por sus manos reconozco que mi vida cambió. Me enseñó a ver que los quebrados no eran quebradores de cabezas, que las frases eran más simples que complejas y que las ciencias eran las explicaciones de lo que en apariencia era inexplicable.
Sencillez ante lo complejo, ese podía ser el resumen de su vida.

Los años me ayudaron a entender que cualquiera que hubiera padecido lo que D. Vicente, hubiera caído sumido en la más oscura de las tinieblas y habría terminado pasado de rosca, o a lo peor, colgado de la misma manera que el Iscariote. Efemérides del 15 de junio del 63. Ahí estaba la respuesta

domingo, 10 de octubre de 2010

VIVA SANTA TERESA

“Cuando abrieron la puerta de la celda, con el chorro de luz y un golpe de viento entró también el ruido de la calle que los muros de piedra apagaban...” ahí se me había terminado la inspiración.
En casa siempre me dijeron que ojalá nos llegara la inspiración cuando estuviésemos trabajando. A mí me llegó, pero también se me fue. Así que no me quedaba más remedio que ir a buscarla.
¿Cómo seguir enfrentándome a aquel nuevo reto? Tenía que tener preparado un borrador para la editorial en menos de 30 días. Cada segundo que marcaba el reloj se me hacía interminable. Las ideas no llegaban, el parpadeante marcador del Pages no avanzaba, mis músculos estaban agarrotados y mi aparato digestivo no hacía más que recordar al organismo que había que reequilibrase de nuevo.
Esta vez decidí no tomar ningún Tranquimazín, lo que hubiera de ser, sería. A la izquierda del Mac puse el pack de seis cocacolas y una botella de mi Santa Teresa del alma, a la cual me encomendé, todo sea dicho de paso; y a la derecha el dossier que me ayudaría a organizar cada una de las frases que conformarían el esqueleto del nuevo libro.
Los protagonistas estaban elegidos, la ubicación de la historia también. Santa Teresa estaba obrando el milagro de la continuidad y al hijoputa de la editorial estaba a punto de darle con el borrador en los morros.
Estuve insoportable, no permití que nadie me molestara y mucho menos que tocaran cualquier cosa que conformaba lo que habían de llamar como mi lugar de trabajo. De hecho, mi estudio parecía el piso de un estudiante que hubiera hecho botellón en casa...
Diez días después el premiazo, cientos de entrevistas y la ola de todos los editorialistas con los que había trabajado. PELOTAS DE LOS COJONES

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P.D: Cualquier parecido con el comienzo del último libro de Vargas Llosa es pura coincidencia; jajajaja Supongo que el robo de un par de líneas justifique la ausencia de ideas.

P.D2: Acudiré a Santa Teresa y a las cocacolas

domingo, 12 de septiembre de 2010

PIS A DESTIEMPO

Eran ya las 3.15 am cuando veníamos de boda por una de esas carreteras secundarias que unen los pueblos más escondidos de la geografía nacional. El X5 recién estrenado para la ocasión ponía a prueba los amortiguadores, las luces de xenón y todos los extras que habían pasado a formar parte de una nueva hipoteca para los próximos 5 años.

Míchel tenía la risa floja. Los cubatas de última hora le habían hecho abrir el tarro de las esencias de la tontería. Era el solterón de oro. Iba de copiloto dándome conversación mientras Lucía, mi mujer, dormía la mona tumbada en la parte de atrás. Un bache hizo que nuestra vejiga tomara protagonismo y pidió que parasemos en una cuneta de esas llenas de cardos y brozas junto al hito del km 11. La luz y la sombra que proyectábamos nos permitía jugar con los caños de orín y dibujar sobre el suelo impresiones abstractas y efímeras.
Terminados nuestros asuntos y con las mismas nos subimos de nuevos en el coche.

Camela y los berridos del dúo cebolleta eran la banda sonora de la ruta de vuelta. Todo iba bien, perfecto hasta que en la entrada de la ciudad llamé a Lucía. No respondía. Miré hacia atrás y mi mujer no estaba. Solamente su bolso, su móvil y el vacío del espacio que había ocupado.
Míchel tampoco daba crédito a aquel misterio. La congoja pudo con nosotros. Ni música ni nada. Dimos media vuelta y emprendimos el camino andado hasta el hito del km 11. A las 10 de la mañana sonó mi móvil. Era Lucía. Se encontraba en Villamartín en casa de un matrimonio de jubilados al que había llegado casi a las 8 de la mañana tras cruzar las eras y las tierras de los oriundos de Tierra de Campos.

Ella también bajó a mear.

lunes, 6 de septiembre de 2010

NOS VEMOS EN LA SIGUIENTE FUNCIÓN. O NO. ¿QUIÉN SABE?

Eran las 18.00 hrs, el teatro estaba vacío. El mismo ritual de siempre antes de afinar a ‘la Filo’. En mi camerino desenfundaba la guitarra, a mi Filo. La acariciaba, la olía y me recostaba sobre ella con el fin de sentir sus curvas y el olor de su madera. Era mi Chanel particular. El silencio que envolvía aquel enorme teatro-ópera era roto por el andar de mis pasos en el parqué y por la respiración fatigosa de uno de los encargados de aquel escenario. Mis manos sudaban, pero Filo era asida con firmeza y delicadeza. Mandé correr el telón y encender las luces cenitales que colgaban sobre mi cabeza. Me senté en la silla escogida para la ocasión y procedí a calentar mis dedos sobre las cuerdas. Los sonidos eran perfectos, limpios y preparados para arrancar los aplausos de quien había comprado las entradas con dos meses de antelación. A las 20.00 hrs, se abrieron las puertas del teatro y el auditorio comenzó a llenarse de oyentes con sus mejores galas. Desde mi camerino podía escuchar el murmullo del patio de butacas junto a la música ambiental que acompañaba los previos a la actuación. Como en todos los previos de mis actuaciones los nervios recorren mi cuerpo como un cosquilleo que no termina hasta que de saco de la billetera la terrible y afamada compañera del tabique de mi afilada nariz. Al igual que con la Filo, esnifar la maldita coca posee su propio ritual. La extiendo sobre el DNI y, con mi cara de fondo, comienzo su cortado con la visa Oro. La maestría que tengo en mis manos cuando toco las cuerdas de la Filo, es la misma que empleo cuando corto en rayas paralelas mi gramo de coca... 13.00 hrs. Una mascarilla cubre mi rostro y mi cuerpo está cubierto por parches que mandan señales al monitor. Otra sobredosis, otra función menos. Lo siento por los que me fueron a ver pero ya tendrán más ocasiones, y si no, que me descarguen del e-mule.

sábado, 28 de agosto de 2010

¡1, 2, 3 Cámara. Acción!

La claqueta marcó la salida a la última escena que grabaríamos para la peli que augurábamos de serie ‘B’. La directora estaba que se subía por las paredes, a punto de dar claquetazo a aquel proyecto subvencionado por el departamento de cultura joven.
Tuvimos 45 días para elaborar el proyecto, registrarlo en la SGAE y esperar a que nos concedieran la subvención para arrancar la ópera prima de Tina.

Festival tras festival fuimos presentando nuestra peli a concursos, certámenes hasta que recalamos en la Semana de cine Benidorm. Allí habilitaron las salas del Colci para los distintos pases de las películas seleccionada.
La crítica fue benévola, no hurgaron en la herida del orgullo de quien reconoce que lo podría haber hecho mejor, con lo cual las sensaciones del rubor de quien se desnuda ante un extraño quedaron cubiertas por una ligera capa de parafina que protegía pero que esperaba ser abierta para mostrar lo mejor.

El público pasó, votó y el ambiente que se respiraba por allí es que ‘Las bragas de D. Marcelo’ estaba dando el pelotazo.
Una trama dibujada en torno a la figura del farmacéutico de un pueblo de la serranía salmantina que tenía como vicio copular vestido con las bragas de sus amantes; la Carmela, viuda del Marqués; la señorita Remedios, maestra definitiva en aquella pedanía y María, directora del coro parroquial.
Una encrucijada amorosa-sexual que dejaba entrever las perversiones más ocultas de quien ve su vida inmersa en la rutina de pareja y que sólo se atreve a dar rienda suelta a sus fantasías ante sus amantes.

Tina, 22 años y recién licenciada en la facultad de Imagen y sonido vio cumplido su sueño. 4500 euros al mejor guión original, aplausos del público y la venta de sus derechos para su explotación comercial a cargo de la productora de Almodóvar.
...el teléfono sonó. Pedro había muerto y sus ilusiones quedaron en papel mojado. Vuelta a soñar de nuevo.

lunes, 9 de agosto de 2010

TRI - 3 - III

Susana llegó a casa rota de dolor. El rímel corrido marcaba el camino de sus lágrimas y nada más verme se abalanzó sobre mí intentado explicarme lo ocurrido.
No lo podía creer. Susana había sido violada en el cuarto de calderas a manos de quien se veía protegido por el anonimato de su pasamontañas y con la casi seguridad de no dejar restos orgánicos que le pudieran delatar ante la brigada científica.
El forense no pudo detectar restos orgánicos de ninguna clase. Ni pelos, ni saliva...sólo el testimonio que mi hija pudo realizar ante el grupo especial de policía dedicado al efecto. Cuarentón, de voz grave, del sur peninsular y una característica especial. Los testículos que el violador rozó una y mil veces sobre su cara de mi niña debían de ser un caso excepcional de la naturaleza, una triorquidea.
Según dicen mis colegas en los congresos de cirugía genital, son casos que se saben que existen pero que casi con toda seguridad no verán pasar por sus manos dado que no producen disfunción de ninguna clase.

Yo tuve suerte, dos años después a lo sucedido, acudió a mi consulta de la C/ Fuencarral un tipo que quería hacerse una cirugía para colocar una prótesis en el pene. Un preoperatorio y una operación que no excedería de una hora y media sería suficiente para mejorar la autoestima de aquel tipo cuarentón , voz grave, acento del sur...y una triorquidea.
El paciente firmó los papeles de consentimiento para la operación y, como buen orador, le convencí para realizar aquel proceso en unos quirófanos con la última tecnología para tal efecto.
Comenzó la disección, y mi bisturí trazó otro patrón al marcado inicialmente. La disminuida masculinidad quedó transformada en una vagina a la que desde ahora podría someter a las aberraciones a las que había sometido a las decenas de mujeres que pasaron por las manos violadoras del triorquideo.

domingo, 9 de mayo de 2010

JUSTO A TIEMPO

Con esto del divorcio express las cosas se aligeraron una barbaridad. Comencé firmando un reparto del patrimonio común y treinta días después tenía en mi poder todo el papelorio jurídico y administrativo que me desvinculaba totalmente de la persona con la que compartí tres años de noviazgo y un año y medio de matrimonio. Menos mal que me separé a tiempo. De no haber sido así, seguro que ahora mismo llevaría sobre mí el luto social forjado a base de reproches sociales y actos fachas que dejarían ver que mi integridad como persona pudiera correr el peligro que jamás hubiera pensado me pudiera ocurrir.

Desde que me dieron los papeles del divorcio mi vida ha cambiado. Soy una persona liberada de una carga que, y aunque el pasado haya hecho mella en mi persona, procuro ir arrancando las postillas que muestran mi recuperación a costa de las marcas pretéritas.

Los reproches y las humillaciones a los que me vi sometido hicieron de mí una persona sin autoestima y desconfiada.
Por mi vida, y sin previsión alguna, se cruzó ella. Iba apresurada y con un Starbucks en la mano a todo correr. Nos chocamos, nos miramos unas décimas de segundo y ambos sufrimos el impacto de quien no se ve durante años. Era ella, mi primera novia. Tras una charla animada nos intercambiamos el móvil, quedamos en plena Gran Vía madrileña y nos dispusimos a recuperar el tiempo pasado.

Hoy es mi terapeuta, mi amiga, mi sexóloga, mi amante... mi esposa; noooooooooo, mi esposa no que, aunque en un mes pueda conseguir esos papeles de libertad, estoy muy a gusto así, sin firmar ningún documento que me comprometa a atarme una vez más.

martes, 4 de mayo de 2010

CAMPEONES

Mechi chutó con fuerza aquel balón que le pasó Xavi con extrema maestría. Fue un toque preciso, justo al lado que quería y sin dar oportunidad a que la estirada de Trasillas, apodado el muroparagoles, pudiera hacer nada por evitar que el tanto subiera al marcador.
Todos centraron sus miradas en aquel chico moreno, bajito y de pelo lacio. Había conseguido lo que parecía imposible... marcar un gol a Trasillas. Él había sido el elegido para aquel momento de gloria que todos recordarían. Dirían de él que marcó un golazo, que fue la estrella, que fue quien acabó con la leyenda del muroparagoles.
Trasillas era un as. Una pequeña leyenda dentro del patio del colegio al que se le permitía jugar hasta con los mayores porque era una auténtica máquina que lo paraba todo.
Pero había llegado la hora en el que alguien había terminado con aquella hegemonía. Mechi había logrado marcar en la final al equipo imbatido...qué leche, había logrado colarle un gol a Trasillas. El partido iba 0-0 y Mechi había sido elegido para la gloria... según le pasó Xavi, la enganchó sin casi mirar y con todas sus fuerzas deseó que fuera hasta la portería marcada con las cazadoras de quienes les sobra el calor. La liga del patio estaba a punto de llegar a su fin. Había un campeón y un goleador que tendrían sus minutos de gloria.
Un gol agridulce porque después del subidón que tuvieron al ver como entraba el balón por la portería también pudieron escuchar el sonido de los cristales de la ventana de D. Eusebio, el director del colegio.
Todo terminó. 7 euros que solidariamente pusieron a escote pero que les sirvió para proclamarse como campeones de 3º de primaria.

sábado, 10 de abril de 2010

CICA

He de reconocer que quedó bonita. Aquel trompazo que me arreé bajando con mi bicicleta por la cuesta de la iglesia y que empotró mi cara contra aquel pilón dejó una marca en mi rostro que llevo conmigo con la mejor de mis sonrisas.
Al principio me costó acostúmbrarme, cica cruzaba mi cara desde la boca hasta la oreja dibujando en mí una sonrisa de esas que hacen los niños que va de lado a lado.

Abel, mi hermano, que para mis adentros debieron haberle llamado Caín, no para de meterme pellizcos mentales, de esos que no duelen por fuera pero por dentro te van abriendo como un martillo pilón. Es buen chico, pero tiene mal perder, así que cuando le marco goles o le gano en la wii es cuando le sale la mala sombra y me llama Calabaza. Podría ser un mote más, pero él lo dice porque mi sonrisa parece una de esas que tienen las calabazas de Halloween; y eso sabe que me fastidia...pero como es mi hermano, le quiero un poquito.

Por las mañanas siempre me lavo con agua bien fresquita y cuando me miro al espejo, después de lavarme los dientes, veo cómo boca+cica se transforma en una rodaja de sandía de esas que muerdo en el verano y me alegra el día.


En el patio del cole tengo mis luchas con Jenny Carasucia porque intenta hacerme daño llamándome monstruo diabólico y pone esa cara de cómo que va a vomitar cuando pasa a mi lado. Y yo respondo, claro que respondo. Saco mi voz de ultratumba, doy la vuelta a mis párpados y Carasucia y sus secuaces salen escopetados para refugiarse entre las faldas de la seño que, todo se dicho de paso, se parte de ellas y además las riñe por piconas.
El único que no se asusta de mi cica es Josué. Él lleva siempre una gorra de tenista porque no tiene ni pelo ni cejas. Cuando se acerca a mí me susurra al oído “esconde ya a ese bicho y di a mi amiga de la doble sonrisa que venga”. Ahí cambio, me transformo y Josué hace que me funda con él en un fuerte abrazo.

domingo, 8 de noviembre de 2009

enladrillado

IIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII

Cuando llego al mirador, me encuentro a la ciudad enclavada en un bello valle, cuya columna vertebral viene marcada por el transcurso de un río cuya ribera se encuentra poblada de viejos chopos.

La densidad de los edificios parece marcar cada sector que define a la ciudad por barrios pero hay algo que llama la atención. Cada uno de ellos parece verse salpicado por plumas que, como si fueran agujas de acupuntura, se clavan en sus entrañas para sanar una zona dolida. Barrio de San Marcos, 12 plumas. Barrio El Antiguo, 9 plumas, otras 10 un poco más allá y, sumando sumando, puedo contabilizar hasta que me canso más de 100 de estas lanzas punzantes.

Parece mentira y, lo que creía imposible, está pasando. Mi ciudad, al igual que otras cientos de ciudades de la geografía nacional parece sufrir en sus entrañas el boom inmobiliario. Está creciendo bajo el dudoso prisma del plan urbanístico diseñado por políticos a los que les salpican noticias de corrupción urbanística que harían sacar los colores a más de uno, pero que más de avergonzarse, no se cansan de proclamar a los cuatro vientos que no son más que cabezas de turco.

No me da igual. Si son culpables que paguen y punto. Solamente pensar que por ese tipo de actuaciones miles de compradores caen en las presas de algunos constructores y vendedores sin escrúpulos que no dejan pasar la oportunidad de lavar su dudosa dignidad exigiendo el pago en ‘b’ de una cantidad que los mileuristas hemos tenido que mendigar por cada sucursal bancaria con el fin de obtener un crédito a bajo interés, pero que dados los tiempos, nos obligarán a estar una treintena de años con el cinto bien apretado para pagar, como si de lingotes de oro se trataran, cada uno de los ladrillos que forman el tente de nuestro hogar.

Ha llegado la hora de dejar de mirar las hermosas vistas y de colocar lo pies en la tierra; el euribor baja y el diferencial sube. Todo sigue igual.

lunes, 12 de octubre de 2009

Relationships... desde otra ventana

Frente a mi posición pero en el nivel 0 está Raí, un brasileño que aparca sus huesos sentado en el suelo y con un cartel que alienta a la compasión de todos los viandantes que pasan a su lado. Le conozco desde hace varios meses, cuando le bajé una hamburguesa y una light coke entablamos una pequeña conversación que le proporcionaron el ánimo para, cuando menos, vivir un momento más.

En la sexta planta del edificio que se encuentra enfrente del mío está ella. Hoy se encuentra especialmente guapa. Una minifalda beige y un generoso escote que hacen resaltar sus pechos hacen que mis hormonas se alteren. Quizá haya leído la carta que todo mi cariño la escribí la noche anterior. Procuré expresar aquello que hace que las hace sentirse especiales.


El cuarto piso tiene las persianas bajadas, es raro. Cristine es de costumbres fijas pero quizá los 83 años que lleva a sus espaldas hayan sido demasiados para una larga vida dedicada a la satisfacción de cientos y cientos de hombres que han purulado por ese apartamento de la 5th Avenue. Quizá el revuelo que hay ahí abajo causado por la ambulancia de urgencias y el fiambre, cubierto por una sábana que porta la camilla, sea la respuesta a mis conjeturas. Sí, tras ellos corre despavorido Tommy, el perro labrador que tanto calor la ha aportado en sus últimas noches.


También puedo observar a Mary, acicalando como siempre a su yorkshire, anudando dos cutres pero coloridos lazos a sus orejas de punta. Otro día más de cancaneo vacío en manos una mujer florero.

Mil historias que contar bajo la mirada de quien no se cree observado.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

EL ABRAZO NEGRO

En el momento que se sentó tras de mí tuve la rara sensación de que algo estaba a punto de cambiar mi vida.
Durante mucho tiempo la estuve cortejando con mis mejores galas, con perfumes bien vaporizados sobre mi piel, con la mejor de mis sonrisas profident y mi ropa de los domingos...en fin, con todas aquellas armas que tenía a mi lado para poder conquistar a la estupenda mujer de labios carnosos, voluptuosos pechos e infinitas piernas, pero nunca se había fijado en mí, o por lo menos eso creía yo. La primera palabra que me dirigió hizo que me estremeciera y que buscara refugio en la más tímida de las sonrisas acompañada del sonrojo de mis carrillos. Una vez logré arrancar la primera de las palabras, mis entrañas se calmaron y comenzamos a charlar como dos antiguos amigos que llevaban años sin verse. Teníamos más puntos en común de lo que ninguno de los dos creíamos. Llegaba el momento de despedirse y, como último intento porque permaneciera a mi lado, lancé un órdago. “¿Una copa en mi casa?”. Ella, accedió y cuando entramos en casa, me abrazó por detrás envolviéndome con sus manos de seda. Me fue desnudando lentamente. Me cubrió los ojos con un pañuelo de seda y, con un suave pinchazo, logró inyectarme la dosis exacta para perder la conciencia. Mis oídos discriminaban sonidos de metal afilado pero mi cerebro era incapaz de enviar órdenes para que mi cuerpo reaccionara.

El País. Sucesos. “Otro joven más aparece descuartizado dentro una maleta. Suman ya 23”.

martes, 15 de septiembre de 2009

UN GOLPE DE SUERTE

El despertador sonó a las 7.00 AM con la voz de Francino. Noticias frescas. En una localidad de apenas 250 habitantes había caído el premio más gordo de la historia de la lotería.

A las 10 de la mañana, el pueblo se había hecho eco del notición. Estelita, la lotera que gestionaba la tienda de ultramarinos, donde se podía tomar un chato o comprar desde unas sandalias de río a unos arenques a granel, fue la que selló el boleto.
Ella comenzaba a hacer sus elucubraciones en cuanto a quien o quienes podían ser los afortunados. Los podía contar casi con los dedos de las manos, dado que su carácter agrio no daba pie a los vecinos a confiar su suerte a una vieja amargada y preferían hacerlo en el pueblo vecino el día que se celebraba el mercado.

Los días pasaban y apenas se observaban cambios más allá de la rutina. De vez en cuando se pasaba algún comercial del Santander o de la Caja Rural para interesarse por aquella curiosa fortuna aún por descubrir pero el devenir diario transcurría igual que siempre entre la siembra, el paseo y la partida de dominó acompañada de la correspondiente copa de Carlos III.

Los rumores apuntaban al Colorao, en pocos días había dado un cambio repentino en su forma de ser. Se echaba colonia e iba a jugar la partida de punta en blanco. Es más, llevaba puestos los zapatos con los que enterró a su padre y que sólo sacaba para contadas ocasiones.

Casualidad o no, el Colorao había tenido la suerte de su parte. Había echado un boleto que tantas y tantas veces le decían que no tocaría, pero él estaba seguro de que llegaría el momento en que los números se pondrían de su parte y formarían el rosario de bolas ganadoras. Y el día llegó.

domingo, 13 de septiembre de 2009

NOCHE DEL 36


La noticia se había corrido como la pólvora. Rosa sería sacada del calabozo junto con otras once personas más al amparo de luna y bajo la niebla que cubría el pequeño recorrido que había desde sus celdas hasta el remolque del Hispano-Suiza que esperaba en el patio central.
En sus caras había pánico por el desconocimiento al viaje que iban a emprender. Todo aquel miedo contrastaba con la soberbia de los guardias que, rifle al hombro, custodiaban a aquella docena de presos rumbo al destino marcado dentro del sobre lacrado que había sido entregado al sargento de turno.
Las puertas del cuartel se abrieron de par en par al sonido de cerrojos oxidados y madera carcomida por la humedad. La escena de la salida del camión fue contemplada por curiosos que les recriminaban sus actitudes con gritos ahogados de “¡Muerte a los asesinos!”. Gritos que tenían el único fin de no ser reconocidos por el bando enemigo o, como algunos allí presentes, ser incluidos dentro de los fervientes seguidores nacionalistas.
Mila, la hija pequeña de Rosa, con apenas 4 años logró zafarse de la mano de su tío y correr tras el camión lanzando gritos pueriles que lograron romper el silencio de aquel remolque.
El camión frenó y cuando Mila llegó a su altura alargó su pequeño brazo todo lo que pudo para tocar levemente las manos que tantas veces le habían guardado en sus noches de sueño.
El camión arrancó motores y bajo aquella luz difusa se perdió.

Hoy Mila, tiene 73 años y las cenizas de su madre junto a ella...al fin juntas.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Ámbar

Podría decirse del ámbar que es una sustancia dura, liviana y quebradiza capaz de engullir en sus entrañas a cualquier insecto que intente infestar a modo de plaga el interior del presente o del pasado.

Pero Ámbar es la pelirroja rolliza, de ojos color esmeralda y labios carnosos que ahoga sus miserias bebiendo whisky como una cosaca, embutida en una minifalda y una camiseta de lycra verde que incorpora pedrería de plástico dibujando el logo de Chanel bien centrado en sus 110 cms de pecho trabajado a golpe de silicona y bisturí.
Se encuentra allí, en su Club de toda la vida, apoyando sus cuartos traseros sobre la butaca forrada con piel de vaca y prestando sus servicios completos por unos miserables 25 euros, toallitas incluidas. Tiempos de crisis diría otro.
Sus dedos, amarillentos por la nicotina que han dejado a lo largo de los años de oficio, sujetan un Winston que se va consumiendo con el paso de los eternos segundos.
Cuando entran los clientes, Ámbar se transforma en una mantis religiosa dispuesta a devorar al macho que logre alcanzar la cópula con ella. No suele tener suerte en los cortejos, pero los que aceptan el reto del morbo caen rendidos a sus botas de afilado tacón.
El vaivén de sus caderas muestra el camino a los infiernos, a las experiencias súbitas que proporcionan los 35 años de experiencia que lleva ejercitando sus ingles a golpe de cartera.

Pero Ámbar es una mujer dura, liviana y quebradiza capaz de engullir en sus entrañas a cualquier insecto que intente infestar su interior en presente o en el futuro.

martes, 11 de agosto de 2009

PSICONAUTAS

El primero de los conciertos empezaría pronto. El WOMAD estaba a punto de iniciar su andadura. Filas de gente interminables para poder adquirir la pulserita más ácida que había en el mercado y que daba acceso libre al recinto.
No pude contar los escenarios que había por allí pero sí que observé que en cada tienda que se levantaba la campa había unos cuantos rastafaris eliminando sus huellas dactilares a ritmo de bongo.
En aquel momento nos dirigimos al punto indicado. El plano que nos entregaron en la entrada era el guía perfecto para no perdernos entre la multitud y, evidentemente, perderse era casi imposible. La horterada de la sirena rotatoria que nuestra gente tenía adosa en las 5 tiendas que ocupábamos era el signo inequívoco del plan fiestero con el que arrancábamos el festival.
‘El pity’ estaba allí, fumando un porrito de maría y el resto se encontraban rodeados por las litronas y calimotxos que daban el pistoletazo de salida a la cogorza más rápida.
En la esquina de una de las tiendas estaba el cofre. Cuando lo vi no pude más que cogerlo con las manos como si de Golum se tratara. Los hongos alucinógenos estaban preparados para ser ingeridos bajo la vigilancia de Suso, un chamán cuerdo y cabal que haría las funciones de mediador entre los dos mundos paralelos a los que daría lugar aquella fiesta culinaria.

El primer sombrerito que ingerí, tardó pocos minutos en comenzar a surtir sus efectos. Las psicodelias comenzarón a hervir en mi cabeza. Todo fue grabado por Suso en formato DV. El producto, rec, él premio Goya al mejor documental.

lunes, 10 de agosto de 2009

9 DE AGOSTO DE 1945

Mi nombre es Tsutomu Yamaguchi y soy uno de los supervivientes de aquella masacre provocada por mentes criminales.
Corría el 9 de agosto de 1945, yo estaba descalzo subido a las espaldas de mi hermana, correteando por las calles de Nagasaki ignorando lo que había pasado tres día antes en Hiroshima y con la felicidad de quien no sabía lo que se nos avecinaba.
El cielo estaba azul, despejado con cientos de estorninos en bandada que volaban dentro del caos más organizado. Daban ganas de tumbarse en el parque y observar durante horas aquel fenómeno organizativo pero las sirenas comenzaron a marcar un sonido atronador.
Las calles se empezaron a llenar de gente corriendo sin saber dónde ir, sin saber donde meterse ni cómo actuar. A lo lejos, en el mismo cielo que minutos antes era ideal se dibujaba la silueta de aquel avión que venía cargado de destrucción en sus entrañas. Bockscar portaba a Fat man, nombre maquiavélico que habían dado a aquella bomba que marcaría el segundo sino de la Historia reciente.
Sin remordimientos, alguien apretó el fatídico botón que abriría la compuerta de aquel B29 a 550 mts de altura. Fat man cayó inerte con sus 4.545 kg dirigidos al centro de la ciudad. Los 3,25 m de longitud por 1,52 m de diámetro tardaron pocos segundos en detonar y, desde las afueras, donde yo divisaba aquel horror, se comenzó a dibujar el maldito hongo que acabaría con miles de vidas.

Hoy en día, soy de los pocos que pueden dar testimonio de lo acontecido. Pero lo doy con la voz firme de quien reivindica un mundo en Paz.

domingo, 9 de agosto de 2009

RADIO ESPERANZA

Su voz hizo que me recordara las noches de insomnio que había pasado años atrás a causa de la ansiedad provocada por aquel horrible atentado que me pilló en el momento y en el lugar equivocado.

Era de madrugada cuando aquella voz melosa y amigable se asomaba al balcón de la 88.6 de la FM. Hacía las veces de psicólogo y conductor de un espacio donde los oyentes volcaban todas sus buenas virtudes con el fin de ayudar a las personas que ansiaban que una mano amiga pudiera recoger sus ecos de dolor, pena o desengaño.

Fue extraño. Casualidades de la vida hizo que nuestros caminos se cruzaran. Doblando una de las esquinas nuestros cuerpos chocaron de frente. Las prisas que imprime la gran urbe hizo de aquel instante el inicio de una buena amistad. El perdón que nos dimos mutuamente hizo que renaciera en mi cerebro aquel eco de voz que tantas y tantas veces había escuchado en mis noches de desvelo. No pude más que preguntar...”Su voz me resulta familiar. ¿Fernando?”. Los ojos se le abrieron a modo de asombro. Esta vez parecía que el sorprendido era él. Su respuesta afirmativa hizo que mi corazón se acelerara por momentos. Estaba ante la persona que me había sacado de aquella depresión. Me presenté y, no sé por qué le invité a tomar café en la terracita que estaba puesta unos metros más allá de la salida del metro. Aceptó. Intercambiamos teléfonos e iniciamos una bonita amistad.

Habían pasado más de 10 años desde que desapareció de antena de forma voluntaria, pero su voz había calado fuerte en aquellos que supimos escucharle cada noche. Hoy su tarea está dentro del campo de la formación y yo, estudio periodismo.

sábado, 8 de agosto de 2009

ESPERANDO LA PRÓXIMA LLAMADA

Sobre el cristal resbalaban las gotas de lluvia. El sonido hipnotizador hacía que mantuviera mi posición fetal e inmóvil al calor del edredón. Estiré la mano para ver si estaba pero lo único que encontré fue el calor que había dejado a lo largo de una noche de pasión.
Se había levantado con la cautela de quien no quiere que nadie se entere. Siempre actuaba igual. Se vistió con su elegante traje de color gris marengo y se puso la camisa blanca junto con la corbata de seda roja, los burllington y sus Martinelli.
Nunca fue demasiado cuidadoso con el cierre de las puertas. Desde la cama pude escuchar como seguía su ritual de desayuno. Tintineo de tazas y cubiertos, tostadora en marcha y un intenso olor a café que indicaba que su estancia en el apartamento de lujo de Goya estaba a punto de terminar.
Eran las 8.00 AM cuando la puerta de la entrada tornó para cerrarse de un golpe seco. La soledad se había adueñado de aquel espacio. Solamente quedaba el sonido de la lluvia y el aroma a café.
Me levanté de la cama con un gran bostezo y un estiramiento de brazos que hizo chascar hasta la última de las vértebras que conformaban mi maltrecha espalda. El suelo esta repleto de los restos de una nocturnidad amada, recogerlo suponía poner en el recuerdo aquellos momentos. Inspiraciones profundas y deseos se cruzaban por momentos.
En la cocina, una nota escrita a mano. “Ha sido fantástico. La próxima semana te llamo”. Solamente nos separaba su mujer, sus hijos, 200 km y 600 euros por cada noche de amor.

viernes, 7 de agosto de 2009

RECUERDOS DEL PASADO

En aquel momento estaba terminando de realizar la limpieza de la casa. La caja de cartón mostraba el entramado de unos granos de café que decoraban con gusto aquel pack.

Ya no recordaba lo que había guardado en aquel pequeño baúl de los recuerdos. Cuando abrí la tapa, mi cara arrancó una carcajada al ver la foto del pasado. Raya a la izquierda, pelo engominado, bigote espeso, toga y corbata. Acababa de reaparecer la foto de la promoción del 74. Primera promoción de Ciencias Exactas. Todos tan puestos, tan cerebrines que parecíamos dispuestos a sacar al mundo de su ostracismo matemático. Nos íbamos a comer el mundo, a revolucionar la industria de la telemática...ilusiones, al fin y al cabo.

La caja comenzaba a dar sorpresas. Seguí buscando y encontré una libretilla de las que entonces se usaban a modo de agenda. No había demasiados teléfonos pero, de los que había, estaba el nombre de Cristina, una antigua compañera que, en cierta manera marcó muchas de las decisiones que tuve que tomar en aquel momento. Fue mi novia de la Facultad. Descubrimos juntos las primeras caricias, los primeros roces de piel, los primeros contactos sexuales, los primeros porros de la marihuana que plantábamos en el piso de estudiantes que teníamos en la terracita del 130...y sobre todo, las grandes confidencias.

Por circunstancias de la vida perdimos el contacto, pero allí estaba ese número sobre el que me asaltaban mil y una interrogantes. ¿Seguiría aquel número albergando la voz aterciopelada que me cautivó durante años?. No lo dudé, cogí el aparatoso iPhone y marqué. Al otro lado, nadie. Terminé por recoger la caja y guardarla con sus recuerdos en aquel armario.

martes, 4 de agosto de 2009

CUESTIÓN DE AZAR

El humo cargaba el ambiente de aquella insalubre habitación y, el whisky daba los últimos coletazos de su presencia en los vasos de boca ancha ante la última jugada que estaba a punto de repartirse.

Las cartas repartieron su suerte. Las miradas de los jugadores allí reunidos se cruzaron entre sí. La tensión se mascaba en el ambiente. La desconfianza y los ceños fruncidos eran el santo y seña de aquella última mano. El sudor comenzaba a brillar por las calvas y las sienes plateadas de los que allí jugaban.
Fue entonces cuando se comenzaron a escuchar las primeras voces que abrían juego. Los más valientes dieron pistas de las intenciones que tenían, no se sabe si con la intención de de asustar al contrario o por las buenas manos que portaban. Nadie se retiró, había mucho en juego. Pidieron los descartes y fue cuando arriesgaron a sabiendas de que quien ganara decidiría sobre el futuro incierto del resto de perdedores.


Siete jugadores, un croupier y un solo ganador.

Blas, se alzó con la victoria. Un triste full al que nadie se atrevió a hacer frente se llevó el gato al agua. Un triste full fue quien puso el revolver sobre la mesa circular para que girara sobre su tambor y apuntara a uno de los perdedores. Un triste full iba a ser quien volviera a provocar el último juego de azar, la ruleta rusa. Un triste full hizo que Ángel fuera el elegido para que empuñara el revólver y para que dispara sobre la tapa de sus sesos.

Ángel cogió el revolver. Abrió el tambor, colocó la bala en la recámara, giró el tambor con los ojos cerrados, apuntó sobre su sien derecha y disparó.

jueves, 30 de julio de 2009

Don Nicolás

Rufina tendía las sábanas del cura, recién lavadas, sobre el frescor de la hierba que se amontonaba salvaje a los lados de la era.
Llevaba toda la vida realizando el mismo ritual. El lavado de la ropa procedía a hacerlo en el pilón del pueblo, donde se juntaban todas las vecinas para hablar de sus quehaceres diarios a la vez que frotaban con fuerza sobre aquellas tablas tan rasposas y untaban la ropa con el jabón elaborado en la última matanza de San Martín.

Fue Matilde quien, acercando su boca al oído de Rufina, la dio a entender que aquellas manchas que frotaba con tanto ahínco no eran fruto de la huella dejada por del sol, sino que fueron provocadas por el amor prohibido que mantenía Don Nicolás con la joven Raquel, hija de soltera de Rufina.

Gran observadora y alcahueta donde las haya, Matilde había visto tiempo atrás cómo Raquel se dejaba caer muy a menudo por el confesionario ocupado por Don Nicolás.
Después de la misa, mientras Matilde se preocupaba por mantener el altar en condiciones óptimas, mantenía ojo avizor para anotar en su mente calenturienta todo aquello que sospechaba que ocurría tras la puerta de la sacristía a la que acudía con la joven después de misa de 12.

Don Nicolás, no llevaba más de 5 años en la parroquia del pueblo, pero eran los suficientes como para que sus aires de galán, y la leyenda de conquistador que arrastraba de parroquias anteriores, cautivaran a las jovencitas que con cualquier tipo de disculpa acudían a él a pedir el consejo de quien se veía con autoridad para dominar voluntades pasivas.

Así, 9 meses después apareció Benjamín, el primogénito de Raquel.

lunes, 27 de julio de 2009

METRO SOL

Estación Sol, son las 19.18 hrs de un domingo cualquiera de verano y el trajín constante de gente parece no tener fin. El sonido de los tornos se mezcla con el murmullo, con los pasos de las personas que por allí deambulan con el chirriar de los frenos del metro…toda una sinfonía de ruido que nos hace ver que nos encontramos en el inicio de las catacumbas de la gran urbe.

En la distancia observo cómo se acerca Paco, con sus pesados pero firmes andares, trajeado como siempre y con la permanente sonrisa dibujada en su cara. Antes de fundirnos en un fuerte abrazo de complicidad Paco da un ligero puntapié a un objeto disimulado bajo la forma de un pin. Cuando me agacho a por él descubro que en su parte posterior se esconde la entrada de un USB.El broche, de forma circular, muestra los símbolos identificativos de las logias masonas. Pirámide con ojo visor en la cúspide, compás, escuadra y la letra G.

La curiosidad nos corroe por dentro. ¿Qué tipo de información puede ocultar un USB disfrazado de simbología masónica?. Al llegar a casa, Paco enciende el ordenador y, tras la espera correspondiente a que se inicie Windows introducimos el lápiz para analizar la información que esconde. En un principio la encriptación que trae consigo hace que no podamos acceder a la primera pero tras el uso del programa adecuado conseguimos las claves de acceso. 23 archivos, cada uno de ellos con la identidad completa, trabajos donde desarrollan su actividad, números de cuenta, contactos y claves para dirigirse en el caso de que sean descubiertos… Toda la información completa de personas relevantes de la sociedad en nuestras manos. Y ahora ¿Qué?

sábado, 25 de julio de 2009

HOY EMPIEZA TODO

Son las 12.33 minutos y parece que el día se ha ido despejando dando paso a un espléndido sol que entra a través de la veneciana de la habitación.

Se escuchan pasos por el pasillo. Son enérgicos, veloces, como si quisieran alcanzar su meta inmediatamente, pero no, detrás de esas carreras siempre suele suceder lo mismo. Un portazo que hace temblar hasta la última jamba de sujeción decorativa.

De repente, se lanza sobre la cama para coger la almohada con todas sus fuerzas, la aprieta sobre su pecho y los sollozos de tristeza junto a las lágrimas de impotencia comienzan a inundar el silencio que envuelve ese espacio de descanso, pasión y recogimiento.

Pasados los minutos, Olga cambia su postura, parece que se va calmando. El ritmo cardiaco vuelve a estar normalizado pero su cabeza aún mantiene la presión. Se nota como las venas que transcurren por los temporales craneales aún están en plena efervescencia y cómo sus ojos sanguinolientos mantienen la última de las lágrimas que la quedan por derramar.

Cuando Olga se incorpora, me mira desde la distancia, y observo como el reflejo convexo que lanzo sobre ella hace que distorsione su figura. Una vez más seré la herramienta que la permita dar rienda suelta a sus desahogos y que la permita quedar por escrito aquellas vivencias y realidades que parecen marcar a fuego su presente y que pretende que no graben su futuro.

Como en cada hoja del diario y bajo las pretensiones de que no la volverá a suceder, Olga comienza su ritual. Me destapa, me agita, observa como no tengo rastro alguno de reseco y comienza a escribir…Hoy empieza todo.

martes, 14 de abril de 2009

Cerrado por vacaciones


Como bien hago referencia en la imagen...cierro por vacaciones. Estoy en una época de estudio donde no sé si me juego todo o nada, y no es que por ande perdiendo el tiempo o qué...pero he de rendir un poco más de lo que lo hago.
Hasta el veranito no retomo este bonito proyecto al que procuraré darle todo el color que se debe.

Hasta aquí, un descansito...a los que lo leáis, acepto sugerencias de futuro y a los que no, pero paséispor casualidad...disfrutad de la música que acompaña.

Un salu2

domingo, 1 de marzo de 2009

BULLYING

Hoy me he levantado con un dolor intenso en las costillas. En el momento en el que he ido al baño y me he subido la camiseta de los Menphis para ver las marcas forjadas a base de patadas y puñetazos, mi cara ha dado un vuelco en el gesto. Ha pasado del dolor real al pánico total.

Las rojeces del primer día, los morados del segundo se han convertido en una mezcla extraña de amarillos y negros. No sé qué hacer. Si lo comento en casa puede que mi hermana Cris se presente en el insti y diga más de una cosa a los responsables del acto. O que Raúl, mi hermano mayor, ejecute la ley del Talión realizando las mismas muescas en cada uno de sus cuerpos.

Sinceramente, tengo miedo. Cada vez que les veo se me pone un nudo terrible en la garganta y en el estómago, el corazón me late taquicardicamente y las gotas de sudor frío recorren mi frente como sangre que auguradora del peor de los males.

Quizá mi forma de actuar no haya sido la correcta. No he sabido pararles a tiempo. Les di carta blanca cuando consentí los primeros insultos leves. ‘mirad, ahí viene ese bobo’; o cuando esos insultos leves comenzaron a subir de tono y me llamaban ‘gilipollas de mierda’ y terminaban escribiéndolo con el edding 3000 en el alicatado del baño... Eso sólo fueron los comienzos. No lo supe parar a tiempo. ¿Qué podía haber hecho? Nunca me he considerado un supernadie pero tampoco una supermierda a la cual unos miserables se crean con el derecho a humillar ante todo el mundo.

Como siga aguantando acabarán grabando una snuff movie conmigo, pero antes de que ocurra eso, salgo en las noticias de A3...

martes, 24 de febrero de 2009

sin título

Son las 19.08 hrs. Algo tarde, pero no queda más remedio que acudir a la visita al hospital de una buena amiga.
Al entrar, la mirada se me va hacia un grupo de inmigrantes que parecen en apuros. Sus ojos tienen la mirada perdida y su aspecto hace ver que llevan allí mucho tiempo.
Cuando pulso el botón para que el ascensor baje a la planta 0, una decena de personas parece rodearme e incluso presionarme para que entre en el habitáculo que, a modo de montacargas, hace la gente que adentre cual hora punta del metro. Los olores se acumulan. Frescas fragancias, unidas a corrientes de pachuli hacen de los cuatro metros cuadrados que tiene el ascensor un lugar apto más las más terribles náuseas. Solo las ganas de ver a mi amiga hacen que la subida a la quinta planta sea rápida y eficaz.
Cuando las puertas se abren, salen otras dos personas conmigo. Una de ellas, con paso firme y ligero avanza hasta las habitación 508 y la otra, no sé donde quedó. Su paso lento ha hecho que la perdiera con el eco del pasillo.
Yo rápidamente avanzo hasta la 514. Cuando llego a la altura de la puerta, pico con cuidado y esta, cual repetición de una cámara superlenta, se abre con un ligero chirriar. Es una habitación amplia, con un amplio ventanal de doble hoja que deja entrepasar los últimos rayos de sol tardío. El ambiente está cargado, denso, dando la sensación de espacio poco ventilado.
Allí se encuentra la cama vacía de Cristina...he llegado tarde una vez más. La han bajado sola, sin la compañía de una mano amiga que la hagan superar sus miedos a volvernos a ver con vida por última vez. La metástasis la está comiendo.